El gran error de cocinar arroz solo con agua: descubre el secreto para un arroz perfecto
|¿Cansado del arroz apelmazado, sin sabor o con textura desagradable? La mayoría de las personas comete un error fundamental al cocinar arroz: usar solo agua.
Si quieres obtener un arroz perfecto, esponjoso, sabroso y con la textura ideal, es hora de descubrir el secreto: agregar un ingrediente adicional.
Seas de donde seas el arroz se usa en tu cocina, pero ¿te sale siempre perfecto? Seguro que no. A veces te puede salir duro o se te pega si te quedas corto con el agua, o blando y pegajoso si te pasas. Deberías saber que unos centilitros hacen una gran diferencia… ¡Así que no temas! En este video te enseñaré la forma perfecta de cocinar arroz para que siempre te quede rico y esponjoso.
Primero, la lista de lo que vas a necesitar: Una olla con el fondo grueso. Si es fina, podrías quemar el arroz, ya que el calor no se distribuye igual por todo el fondo.
Una taza para medir el agua y la cantidad de arroz que echas. Cuchara y tenedor. Sal y pimienta o lo que quieras para sazonar. Y, como es obvio, arroz. Pero ¿qué tipo de arroz?, te preguntarás. Te mostraré 3 tipos básicos que podrás usar para muchos de tus platillos. Primero, este es el arroz blanco largo. Es el más usado en la comida india y el mejor como acompañamiento o para ensaladas.
El siguiente que tengo aquí es el blanco corto, que se usa más para hacer sushi, risotto, paella, y postres. Es casi redondo y absorbe más el agua que el largo. Y el tercer tipo es el arroz integral, que es como el blanco solo que conserva el germen con la capa de color marrón que lo envuelve. Tiene más fibra, hierro y vitamina B que el blanco, pero se demora mucho más en hacer.
Siguiente clave: la proporción de agua. Para el arroz blanco largo, necesitarás una taza y media de agua por cada taza de arroz. Para el corto, una taza y cuarto de agua por cada taza de arroz. Para el integral, una taza y tres cuartos de agua por cada taza de arroz. Ahora que están todos los preliminares claros, nos ponemos manos a la obra: preparemos el arroz perfecto paso por paso.
Lo primero que tenemos que hacer es lavar el arroz con agua fría. ¿Para qué? Para quitar el exceso de almidón. Usa un colador, o si no tienes, puedes llenar una olla y vaciarla con cuidado de que no se salga el arroz, hasta que el agua esté casi limpia. ¿Ves la diferencia? ¡Ahora sí está limpio! Llegó el momento de cocinar el arroz.
Para que quede más rico, voy a sazonarlo antes de hervirlo. Es más fácil hacerlo en este momento que justo al final antes de servirlo. Yo le voy a echar solo un poco de sal y pimienta, pero aquí puedes ser creativo y sazonarlo a tu gusto. Eso sí, atención: como pasa con la pasta, si no le echas sal alguna el arroz no tendrá mucho sabor.
La cantidad depende de tu gusto, ¡pero ponle sal! Si te pasa que tu arroz siempre te sale un poco insípido, ¡añade un poco de sabor! Puedes reemplazar el agua por caldo de pollo, ternera o vegetales. También puedes tostar ligeramente el arroz en la olla antes de agregar agua o caldo para que tenga un sabor a nuez.
Ahora llega el momento de cocerlo. Usa una taza para medir la cantidad de agua que necesites según la cantidad y tipo de arroz. Recuerdas las proporciones, ¿verdad? Añádela a la olla con el arroz sazonado y haz que hierva a fuego alto. Cuando veas el agua hervir, mueve el arroz un poco con una cuchara, baja la temperatura a la mínima para que hierva a fuego lento y cubre la olla con una tapadera.
¿Por qué no dejarla en el fuego alto, te preguntarás? Porque si cocinas el arroz demasiado rápido, el agua se evaporará y el arroz saldrá duro. El calor bajo mantiene los granos en su punto. Ahora, dependiendo, del tipo de arroz el tiempo de cocción varía. Esto es clave para el resultado final, porque si te quedas corto el arroz te saldrá duro, y si te pasas, te quedará blando y húmedo.
Toma nota: Para el arroz blanco largo, déjalo durante unos 18 minutos. Para el corto, 15 minutos. Para el integral se toma mucho más tiempo, déjalo hervir a fuego lento durante 45 minutos. No debes quitar la tapa hasta que no pase el tiempo determinado, porque el arroz se está cocinando con el vapor. Si lo haces, la proporción agua-arroz perfecta se echará a perder.
A menos que no estés seguro de cuánta agua queda, deja que el arroz se cocine solo, ¡sabe lo que hace! Y mantén el fuego al mínimo, el vapor debería estar haciendo todo el trabajo, no el calor. ¡Y no lo muevas! Este es un error que comete mucha gente. Remover el arroz mientras está en la olla hace que el almidón salga y evite la formación de bolsas de vapor.
En otras palabras: hará que tu arroz quede blando. En definitiva, es mejor que lo dejes estar. Así que aprovecha para limpiar la cocina o para seguir leyendo tu libro y simplemente espera a que pase el tiempo necesario según el tipo de arroz que estés cocinando. Si has usado las proporciones correctas, confía en que tras que pase el tiempo el arroz estará listo.
Cuando pase, quítalo del fuego. Otro error común que comete la gente es servirlo tras quitarlo del fuego. ¡Es tentador, pero espera un momento, que ya casi terminamos! Para evitar que el arroz no esté igual de hecho por todos lados, dale un descanso. Quita la olla del fuego totalmente y espera unos 5 o 10 minutos extra mientras el arroz se cuece con el vapor y calor acumulado.
Esto permite que el calor se redistribuya en la olla, lo que hará que el arroz esté más uniformemente cocido. Ahora sí, cuando esos minutos hayan pasado y esté listo, destápalo. Verás que ahora es el doble de grande porque ha absorbido parte del agua. Usa un tenedor para mover el arroz antes de servirlo, así separarás los granos que estén pegados.
Y además, así distribuirás la humedad, porque si no lo mueves el arroz estará seco por arriba y mojado por abajo. ¡Y listo! Si te lo quieres comer solo, lo puedes acompañar con cacahuetes, cebolleta, perejil o lo que más te guste. Con esta guía de experto vas a sorprender a todos tus amigos con el arroz más rico y esponjoso que jamás han probado.
Cuéntanos qué platillo vas a acompañar con este arroz cocinado a la perfección.