Mis piernas tenían muchas varices hasta que use el tomate de esta forma

La presencia de venas varicosas es principalmente hereditaria, aunque el sedentarismo, la obesidad y el embarazo también favorecen su aparición.

Las venas y arterias son responsables de llevar la sangre desde el corazón a través del cuerpo en dos direcciones: las arterias llevan la sangre del corazón a las diferentes partes del cuerpo, mientras que las venas la devuelven al corazón.

Cuando las venas pierden su elasticidad, se dilatan y la sangre, atraída por la fuerza de la gravedad, se acumula en las piernas, dando lugar a la Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) y, en ocasiones, a la aparición de varices.

Las varices pueden aparecer sin signos previos o dolor, y a menudo solo son un problema estético. Sin embargo, si se experimenta dolor, puede ser un indicio de una IVC en progreso.

Hay varios factores que pueden influir y ser determinantes en la aparición de varices.

La obesidad es uno de los factores más directamente relacionados con la aparición de varices, ya que el exceso de peso ejerce presión sobre las venas de las piernas, deteriorándolas.

El embarazo también puede ser un factor de riesgo, ya que las hormonas hacen que las venas se dilaten, lo que puede facilitar la aparición de varices. Además, el útero en crecimiento puede comprimir las venas de la pelvis, dificultando el drenaje de sangre de las piernas y contribuyendo a la dilatación de las venas.

En mujeres con antecedentes genéticos de varices, estas situaciones pueden generar dificultades en el flujo sanguíneo y dar lugar a la aparición de varices. De hecho, en un 40% de las embarazadas se observa la aparición de varices y otros síntomas de IVC. Las primeras varices suelen aparecer en el tercer mes de gestación y se agravan alrededor del sexto mes.

Después del segundo parto, aumenta la probabilidad de desarrollar IVC, aunque a menudo los signos desaparecen tras el parto al cesar los factores que los provocaron.

A continuación, te presento una posible receta para tratar las varices con tomate:

Ingredientes:

2 tomates maduros
2 cucharadas de vinagre de manzana
1 cucharada de aceite de oliva

Instrucciones:

Lava los tomates y córtalos en rodajas gruesas.
Coloca las rodajas de tomate en un tazón y agrega el vinagre de manzana y el aceite de oliva.
Mezcla todo bien hasta que los tomates estén cubiertos de la mezcla.
Aplica la mezcla directamente sobre las áreas afectadas por las varices.
Masajea suavemente durante unos minutos y luego deja la mezcla en la piel durante al menos 30 minutos.
Enjuaga con agua tibia y repite el tratamiento diariamente.
Es importante recordar que esta receta puede ser útil como complemento a otros tratamientos para las varices y que es importante consultar con un médico si tienes síntomas persistentes o graves.

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